Hablar del Club Deportivo Guadalajara durante la época amateur del fútbol mexicano es adentrarse en una historia de pasión, esfuerzo y gloria que marcó los cimientos de uno de los equipos más emblemáticos del país. Desde su fundación en 1906 hasta la profesionalización del fútbol en 1943, el Guadalajara conquistó 13 campeonatos, consolidándose como el equipo más exitoso de su tiempo.
Cada título guarda anécdotas y momentos que reflejan la grandeza de un club que desde sus inicios se ganó el corazón de los tapatíos.
El Inicio de una Dinastía: Los Primeros Títulos (1908-1912)
El camino hacia la gloria comenzó en 1908 con la creación de la Liga de Occidente, donde el Guadalajara fue uno de los equipos fundadores. En su primera temporada (1908-09), el equipo logró coronarse campeón, superando al Atlético Occidental. Este primer título fue un logro significativo para un grupo de jóvenes liderados por Edgar Everaert, quienes no solo jugaban al fútbol, sino que también estaban construyendo una identidad para el club y para la ciudad.
El bicampeonato llegó rápidamente en la temporada 1909-10, dejando como subcampeón al Liceo de Varones. El equipo, formado por figuras como Gregorio Orozco, Eugenio Charpenel y Max Woog, se consolidó como una potencia local. En aquellos años, las rivalidades comenzaban a tomar forma, y cada partido era una oportunidad para demostrar la superioridad del Guadalajara.
En 1911-12, el club volvió a levantar el trofeo, nuevamente superando al Liceo de Varones. Este tercer campeonato en cuatro años dejó claro que el Guadalajara no solo era un equipo competitivo, sino que estaba construyendo una tradición ganadora que resonaría por generaciones.
La Pausa Revolucionaria y el Resurgimiento (1914-1923)
La Revolución Mexicana interrumpió las actividades futbolísticas en 1914. Durante dos años, no se jugaron torneos oficiales, pero el espíritu del Guadalajara permaneció intacto. Cuando la liga se reanudó en 1916, el equipo enfrentó nuevos desafíos. Fue hasta la temporada 1921-22 cuando el Guadalajara volvió a coronarse campeón, esta vez superando al Atlas en una rivalidad que ya comenzaba a encender pasiones.
El título de 1922-23 marcó el inicio de una racha histórica para el club. En un torneo lleno de emociones, el Guadalajara aseguró su campeonato con un empate crucial contra Atlas en "El Paradero". Anastasio Prieto fue la figura del partido al anotar dos goles decisivos. Este encuentro no solo aseguró el título, sino que también cimentó al Clásico Tapatío como uno de los duelos más importantes del fútbol mexicano.
La Era Dorada: Dominio y Consolidación (1924-1935)
Durante la década de 1920 y principios de los años 30, el Guadalajara vivió una época dorada en la que conquistó múltiples títulos. Entre 1924 y 1935, el club levantó seis campeonatos más, enfrentándose a rivales como Nacional y Atlas. Estos años estuvieron marcados por la consolidación del equipo como una institución deportiva y social en Guadalajara.
Uno de los momentos más memorables ocurrió en la temporada 1927-28 cuando el Guadalajara venció al Nacional para coronarse campeón. La final fue un espectáculo lleno de dramatismo y entrega en el campo. Los jugadores rojiblancos demostraron su garra y pasión ante un público eufórico que abarrotó las gradas.
En 1932-33, otro título llegó a las vitrinas del club tras vencer al Latino. Este campeonato fue especial porque representó un renacimiento para el equipo después de algunos años complicados. Las celebraciones se extendieron por toda la ciudad, reflejando cómo el Guadalajara ya era parte integral de la identidad tapatía.
Los Últimos Años Amateur: El Camino Hacia lo Profesional (1937-1943)
El último tramo de la época amateur estuvo marcado por nuevos retos y rivalidades intensas. En 1937-38, el Guadalajara obtuvo su último campeonato amateur tras vencer nuevamente al Nacional. Este título cerró con broche de oro una etapa llena de éxitos y consolidó al club como el más ganador de Jalisco durante este período.
Sin embargo, estos años también estuvieron llenos de transición. El fútbol mexicano estaba cambiando rápidamente hacia la profesionalización, y el Guadalajara no fue ajeno a estos movimientos. En 1943, con trece títulos en su haber, el club dio el salto a la Liga Mayor profesional, dejando atrás una era gloriosa pero llevando consigo los valores y tradiciones que lo habían convertido en un símbolo del fútbol mexicano.
Un Legado Inquebrantable
La época amateur del Club Deportivo Guadalajara no solo está marcada por los títulos obtenidos, sino también por las historias y anécdotas que definieron su identidad. Desde los primeros campeonatos hasta las rivalidades con Atlas y Nacional, cada victoria fue un paso hacia la grandeza.
Este período también refleja cómo el fútbol puede ser más que un deporte: es una forma de unir comunidades, transmitir valores y construir tradiciones que perduran a lo largo del tiempo. Para los aficionados rojiblancos, recordar estos años es celebrar las raíces del equipo que ha llevado con orgullo los colores rojo y blanco durante más de un siglo.
Así como mi abuelo solía contarme sobre los días gloriosos del Guadalajara en "El Paradero", cada generación tiene sus propias historias sobre este club legendario. Y aunque los tiempos cambian y las ligas evolucionan, algo permanece constante: ser parte del Club Deportivo Guadalajara es ser parte de una tradición inquebrantable que sigue inspirando a millones dentro y fuera del campo.